martes, 3 de diciembre de 2013

El Ochenio de Odría (1948-1956)

MANUEL A. ODRIA

El general Manuel A. Odría, presidente de la Junta Militar de Gobierno de 1948 a 1950 y Presidente Constitucional del Perú de 1950 a 1956.

El período conocido históricamente como el Ochenio de Odría se divide en dos fases: la Junta Militar de Gobierno (1948-1950) y la Presidencia de la República (1950-1956). Algunos la definen como una “dictadura de derecha”; para otros fue solo un gobierno autoritario y popular. Retornaban así los militares al poder, tras ocho años de gobierno civil.

Manuel A. Odría
Depuesto el presidente Bustamante, los militares golpistas instauraron un Junta Militar, presidida por el general Manuel A. Odría, quien impuso un gobierno autoritario, enérgicamente anti aprista y anticomunista.
Se suprimieron las garantías individuales, consagrada indefinidamente con una arbitraria Ley de Seguridad Interna, dirigida con especial dureza contra el APRA. Cerebro de la represión fue el director de gobierno, Alejandro Esparza Zañartu (luego ministro de Gobierno).
Los líderes apristas fueron encarcelados o deportados. Haya de la Torre se asiló en la embajada de Colombia, donde permaneció hasta 1954, cuando salió rumbo al destierro.

La Junta Militar decidió convocar a elecciones presidenciales en 1950. Odría sería el candidato, pero existía un problema formal: de acuerdo a la constitución, el ciudadano que aspirara a la presidencia no debía ejercer al mismo tiempo el poder, al que debía renunciar, mínimo, seis meses antes de las elecciones.
Odría dio entonces su famosa frase “bajada al llano”,  faltando apenas un mes para las elecciones dejó el poder al general Zenón Noriega (1 de junio de 1950). 

La oposición, reunida en una Liga Nacional Democrática, presentó a su vez la candidatura del general Ernesto Montagne Markholz. En protesta, estalló la rebelión de Arequipa que fue reprimida sangrientamente por el gobierno. Montagne fue apresado y desterrado, quedando así Odría como único candidato y vencedor de las elecciones generales del 2 de julio de 1950, convertidas en una auténtica farsa.

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